En un tiempo marcado por la inmediatez, las redes sociales y la multiplicación de voces, el periodismo sigue siendo mucho más que la difusión de noticias: es una responsabilidad. Es el arte y el deber, de contar lo que ocurre, de preguntar lo que otros prefieren callar, de mirar donde pocos ven, y de dar voz a quienes muchas veces no la tienen.
El periodismo es memoria cotidiana de una comunidad. Está en cada cobertura de una sesión legislativa, en el seguimiento de una causa judicial, en la denuncia de una injusticia, pero también en la difusión de una actividad cultural, en la alegría de un logro deportivo o en el anuncio de un nuevo emprendimiento local.
Sin embargo, también es momento de señalar un riesgo creciente: el avance de un tipo de periodismo que, en lugar de informar, busca provocar. Que se alimenta del morbo, que expone sin cuidar, que exagera, que no verifica, que persigue clics a cualquier costo. Un periodismo que, lejos de construir ciudadanía, la erosiona.
El sensacionalismo, el amarillismo y la búsqueda de impacto inmediato por encima del contenido verdadero generan confusión, banalizan el sufrimiento y terminan debilitando el vínculo entre la sociedad y los medios. La lógica del “todo vale” para atraer audiencia pone en riesgo uno de los pilares esenciales de la democracia: el derecho a una información confiable, contextualizada y responsable.
Por eso, hoy más que nunca, es necesario defender el periodismo serio, comprometido, con perspectiva humana. Aquel que no pierde de vista que detrás de cada noticia hay personas, familias, historias reales. Aquel que sabe que informar no es entretener con el dolor, sino contribuir a entender el mundo en el que vivimos.
Hoy es un día para agradecer a quienes eligen todos los días la verdad, incluso cuando incomoda. A quienes caminan las calles, levantan el teléfono, escuchan, contrastan, redactan, editan y vuelven a empezar. A quienes entienden que el periodismo no es un lugar cómodo, pero sí necesario.
Porque sin periodismo, no hay ciudadanía plena.
Porque sin preguntas, no hay respuestas.
Y porque contar lo que pasa es también una forma de construir futuro.
Fernando García
Dirección ONDA UNO 103.9