María Liva, junto a su hijo Emilio, en Cosas que pasan
En su columna de los viernes, la licenciada en psicología María Liva abordó en Cosas que pasan una temática frecuente pero poco visibilizada: los síntomas psicosomáticos. “Muchas veces nos encontramos con síntomas físicos que en realidad tienen un origen emocional”, explicó.
A través de una metáfora clara, comparó el aparato psíquico con una olla a presión: “Si no hay una válvula de escape, esa tensión acumulada encuentra otra forma de salir. Y muchas veces es el cuerpo el que habla”.
Dolores recurrentes, contracturas crónicas, trastornos digestivos o afecciones en la piel pueden ser señales de un malestar emocional no expresado.
María remarcó la importancia de no descartar las causas médicas, pero también de considerar una mirada interdisciplinaria.
“No todo síntoma físico es psicosomático, pero a veces lo físico y lo emocional se combinan. Lo fundamental es poder hablarlo”.
Finalmente resaltó el valor de la terapia como espacio de elaboración y escucha.
“El cuerpo se convierte en un escenario donde se manifiesta aquello que no podemos decir con palabras. Por eso es clave no guardar, no acallar, y buscar ayuda si lo necesitamos”, concluyó.
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