Tinto sigue mejorando después que le fuera aplicado el suero antiofídico
Edgardo es el dueño de Tinto, el ovejero alemán de cinco meses de vida, que fue mordido días atrás por una yarará detrás de la línea de médanos a la altura aproximada del Salto de Christian, en las playas de Claromecó, y que debió ir a buscar el suero antiofídico a 240 kilómetros de Tres Arroyos para salvarlo.
“Fuimos a Torquinst porque tuvimos la negación del hospital de Tres Arroyos de brindarnos el antiofídico para el perro que es exactamente el mismo que para uso humano”, contó Edgardo en Cosas que pasan.
“De hecho fuimos a buscar el antídoto al hospital de Torquinst, no fuimos a una veterinaria. Gracias a la solidaridad del hospital de Torquinst es que el perrito está vivo. Si hubiese sido por el hospital Pirovano el perrito estaría muerto hoy”, dijo en respuesta a una información suministrada desde el centro público de salud tersarroyense.
Según dijo a Cosas que pasan el director del hospital Pirovano, Gustavo Leguizamón, “el antiofídico para humanos no es el mismo que el de uso veterinario”.
Respecto a la respuesta desde el centro de salud tresarroyense, el dueño de Tinto expresó: “me parece legalmente lo correcto –no lo sé porque queda a criterio de cada institución- pero moralmente es muy cuestionable”.
“Si bien las veterinarias tendrían que tener -queda a criterio de cada veterinaria- en realidad no es algo habitual, por eso no creo que haya en muchas veterinarias de Tres Arroyos.
Podría haber habido una mano más solidaria de parte del hospital, pero no nos dieron ninguna otra opción”, sostuvo.