Desde el 15 de noviembre rige en las playas del distrito una guardia del servicio de guardavidas que –es sabido- cuenta con un reducido número de servidores públicos. Un total de 12 para Claromecó y 6 para Orense y Reta respectivamente.
Por eso es importante que el turista conozca las limitaciones que tienen los servidores públicos, que si bien comenzaron a trabajar antes –como lo pide la ley- no están cubiertos para dar respuesta a una presencia masiva de personas en las aguas del mar tresarroyense.
Recién el 3 de diciembre se incorporará otro lote de trabajadores para la seguridad de los bañistas, que finalmente será cubierto por la totalidad del personal entre finales de diciembre y el 1 de enero.
Lo cierto que es por el momento, la guardia no dispone de mayores recursos que no sea el humano para el cuidado de la seguridad de los bañistas.
En el caso del pasado fin de semana en el que se presentó una gran cantidad de turistas que pudieron disfrutar de las bondades del clima y especialmente de la playa, contaron con el servicio de la guardia que incluso logró realizar un rescate frente al parador ex Samoa.
No obstante las recomendaciones para los bañistas tienen que ver con las de cuidarse al momento de ingresar al agua del sector céntrico de playas, cuando la presencia de turistas sea masiva y mientras el servicio de seguridad para bañistas siga siendo de guardia. Hasta el momento no se demarcan sectores de baño como sí se lo hace de manera corriente a lo largo de la temporada de verano, que en esta oportunidad comenzará oficialmente el 3 de diciembre.
Los guardavidas tampoco cuentan aún en todos los sectores con las motos de agua, ni cuatriciclos ni las camionetas de cada temporada. Sólo se dispone en Claromecó de una camioneta –que no está operativa en estos días porque se envió a reparación- un solo cuatriciclo y una moto. Faltan las correspondientes para Dunamar. Reta y Orense no tienen motos ni cuatriciclos.
Si bien es atendible que un servicio acotado de personal no requiere de disponer de todos los recursos, preocupa que ante una demanda espontánea de temporada de alta -como la del último fin de semana- no se disponga del nivel de respuesta que se requiere para eventuales rescates.