“Encontré el insecticida clorpirifos en todas las muestras de los tres arroyos y del Claromecó”

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 Melina Álvarez es doctora en Ciencias Biológicas, especializada en contaminación ambiental y su  tesis doctoral la realizó sobre el insecticida clorpirifos. Analizó la diseminación de éste en el agua, el sedimento y la biota.

La doctora atendió a Onda Uno y respondió a las preguntas que surgieron luego de analizar la tesis presentada por la especialista y los artículos periodísticos publicados en Tiempo Argentino y Página 12 en el último mes.

En relación a la decisión de realizar su tesis en Claromecó, la doctora manifestó que “esta zona está poco estudiada que yo conocía porque mis padres tienen una casa en Dunamar  donde veraneo. No había resultados de los arroyos Claromecó y los tres de la ciudad cabecera por lo que elegí esta zona para realizar la tesis”.

La doctora en Ciencias Biológicas, Melina Álvarez responde a una serie de preguntas de ONDA UNO sobre el insecticida clorpirifos

Las muestras

La doctora explicó que tomó cuatro muestras, dos en invierno y dos en verano en los tres arroyos de la ciudad y en el de Claromecó en su inicio y final y, “encontré en todas las muestras clorpirifos”. El objetivo fue ver  si había  diferentes concentraciones de clorpirifos en agua y sedimentos. “Analicé la cantidad de nitratos y de fosfatos relacionados con los fertilizantes que se aplican en la zona para ver si había diferencias, cosa que ví”.

La doctora amplió, “Encontré clorpirifos en agua y más en sedimento porque generalmente quedan adheridas a la materia orgánica del sedimento. Además se liberan lentamente dependiendo las condiciones en el ambiente en el que estén, como el cambio de PH  que pueda hacer que las moléculas se liberen del sedimento o no”.

Las especies

Álvarez analizó diferentes especies: la lisa, la chanchita, el bagre, el dientudo y el cangrejo como una especie de invertebrado.

“Encontré el insecticida en diferentes partes del cuerpo de estas especies, la chachita y el bagre tienen más clorpirifos en su sus tejidos porque están más relacionados con el sedimento y, también, una diferencia entre machos y hembras”.

Enfermedades

“No puedo decir si genera enfermedades –expresó Álvarez- porque no lo analicé, pero en la bibliografía sobre el tema encontramos que el órgano desentoxicador -que es el hígado-  cuanto más de estos insecticidas ingerimos con los alimentos como glifosato, atracina, un combo de insecticidas, más satura. El hígado se satura y  se empiezan a ver los efectos, también depende las sustancia y tipo de especie se desentoxifican más o menos. La toxicidad  depende de la concentración, si estamos expuestos a una aguda o crónica y si  está por debajo del límite diario permitido para la ingesta mayor saturación habrá”.

Si en Claromecó hay más o menos concentración de este insecticida respecto a otras zonas sólo se podría comparar con otros estudios y los efectos que producen en los organismos como su exposición “para saber si es mucha o poca la concentración”.

Cambios necesarios

“Hay que cambiar la matriz productiva en la que se utilizan varias veces los insecticidas para el mismo cultivo y muchas veces en combinación,  lo primero que hay que hacer es regular la cantidad que se le vende al productor en relación a la cantidad de hectáreas cultivadas y tener una tendencia más amigable con el ambiente. No son solo efectos en el ser humano, sino los efectos desbastadores que producen en los ecosistemas”.

En cuanto a la continuidad de sus estudios manifestó que “espero que alguien continúe esta investigación, no analicé agua de consumo humano, sino muestras en los tres arroyos de Tres Arroyos y en el de Claromecó. Entiendo debería hacerse el estudio del agua de consumo humano, pero no sólo de clorpirifos sino también en atracina y glifosato.

En cuanto a si alguna autoridad municipal se comunicó con ella por los resultados de la investigación expresó que “No se han comunicado conmigo espero que al estudio -al que cualquiera puede acceder- la lean y sirva para que se contacten y podemos hacer algo”, destacó.

Finalmente mencionó que “las condiciones a las que se exponen las aguas son distintas por las actividades productivas de cada una de esas zonas dependiendo si hay o no industrias y si liberan los efluentes sin ningún tipo de tratamiento. Las regiones rurales y urbanas son distintas por las características a la que se expone cada una. Para saber cómo están las aguas de pozo hay que hacer un análisis y descartar que estén o no contaminadas con agrotóxicos”.

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