Los Dres. Melina Alvarez, Cecile Du Mortier, Soledad Jaureguiberry y Andrés Venturino realizaron un análisis de riesgo con la finalidad de establecer un valor máximo permitido para el pesticida clorpirifos que proteja las especies acuáticas que viven expuestas a este contaminante.
Para ello presentaron un “paper” en una revista de investigación científica d erenombre en el que analizaron muestras del agua de Claromecó y Tres Arroyos.
La idea original del estudio surgió como consecuencia de un trabajo conjunto del Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental (CITAAC)- CONICET – Universidad Nacional del Comahue y del Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Buenos Aires, con muestras de agua de la zona de Tres Arroyos y Claromecó, en las cuales se analizaron cambios bioquímicos en renacuajos expuestos a aguas de diferentes arroyos por 96 horas.
Onda Uno amplió la información realizando la consulta a un especialista en el tema quien afirmó que el clorpirifos es sumamente tóxico, contamina si se usa mucho o poco, si se usa mucho contamina más, pero contamina porque es un insecticida.
El profesional hizo la salvedad respecto a la diferencia entre los análisis bacteriológicos del agua en Tres Arroyos que no miden la concentración de glifosato en agua y aquellos que son físicos-químicos. En el caso que nos ocupa, debería medirse la concentración de clorpirifos en el agua que se extrae de los pozos de nuestra ciudad.
Respecto a la relación entre las muestras analizadas por los doctores que investigaron el plaguicida en el agua de Claromecó y Tres Arroyos y su efecto en la fauna y flora del lugar, así como el el propio recurso acuífero, el profesional consultado afirmó que las capas freáticas o napas de donde se extraen el agua de Tres Arroyos tienen movimientos y están comunicadas con los arroyos y con las lluvias superficiales. Nuestra ciudad está rodeada de arroyos por lo que hay una vasta superficie de contacto entre las napas freáticas y los arroyos.
Las altas concentraciones de clorfirfos que contaminan el agua y escurren hacia y por los arroyos se conectan con las napas que van hacia la planta urbana y por ese intercambio se eoduce la contaminación pasa.