El encargado del Faro, suboficial Walter Gorosito (primero a la izquierda) junto a su dotación
En Cosas que Pasan, el suboficial principal Walter Gorosito, encargado del Faro de Claromecó, contó cómo se encuentra actualmente la histórica torre que cumplió 103 años de funcionamiento, bajo la órbita del Departamento de Hidrografía Naval, dependiente del Ministerio de Defensa.
“El faro está en un momento muy bueno, porque tiene un cuidado y un mantenimiento constantes, y está en servicio activo, así que no tiene ningún problema”, explicó Gorosito.
La estructura, construida en 1922, cumple la función de guía para evitar que las embarcaciones se aproximen a los bancos arenosos característicos de la costa claromequense.
El encargado detalló que el faro funciona con energía eléctrica urbana y actualmente utiliza una lámpara halógena de 400 W, con un alcance de 25 a 26 millas náuticas, equivalente a unos 50 kilómetros.
Respecto a las visitas, Gorosito aclaró que el acceso para conocer el pueden programarse “los días viernes o fines de semana, coordinando previamente”.
Con 30 años de carrera en la Armada el suboficial expresó el sentimiento que lo une a su labor al sostener que “somos pasionales de los faros. Llevamos muy impresa nuestra especialidad y todo lo que hacemos lo hacemos desde la pasión. Es un aprendizaje continuo y una relación muy profunda con la naturaleza”.
El Faro de Claromecó comparte su diseño con el Faro Querandí, en Villa Gesell, ambos construidos por una empresa pionera en el uso del cemento en Sudamérica.
“Cuidar un faro es mantener una señal que brinda ayuda al navegante. Saber que hay personas que dependen de que esté en funcionamiento nos llena de responsabilidad y orgullo”, concluyó Gorosito.
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