En su columna quincenal en Cosas que Pasan, la pediatra Florencia Fosque habló sobre la inteligencia emocional, su influencia en la salud y la importancia de desarrollarla desde la infancia.
“Las emociones negativas funcionan como un factor de riesgo tan nocivo como el cigarrillo”, explicó la doctora, y destacó que “la infancia y la adolescencia son etapas críticas para fijar los hábitos emocionales que nos van a acompañar toda la vida”.
Fosque señaló que el cerebro emocional se formó antes que el cerebro pensante y que ambos deben trabajar en equilibrio. “Cuando el cerebro emocional reacciona en exceso, puede bloquear el pensamiento racional y llevarnos a tomar malas decisiones”, detalló.
También resaltó la importancia del entorno familiar. “Si hay un ambiente de estrés constante, gritos o violencia, los chicos no pueden aprender ni desarrollar correctamente sus emociones”. En ese sentido, explicó que la empatía —ponerse en el lugar del otro— se aprende desde los primeros días de vida. “Un bebé desarrolla empatía a través del contacto, las miradas, el tono de voz y el afecto que recibe de sus cuidadores”, remarcó.
Sobre los mitos de la crianza fue contundente al sostener que “nunca está mal alzar a un hijo. ‘UPA’ es la sílaba del amor. Cuanto más contengas a un chico, mejor va a estar en cuanto a salud mental”.
Durante la entrevista la pediatra adelantó que estos temas formarán parte de la charla prenatal que ofrecerá el sábado 18 de octubre a las 14:30 en el Museo Mulazzi, dirigida a quienes están en proyecto de ser padres o transitan la primera crianza. Las inscripciones se realizan al 2983-504009.
Finalmente Fosque subrayó que “la inteligencia emocional es la que más predice el éxito futuro, mucho más que la inteligencia académica”, e invitó a los padres a “potenciar las habilidades naturales de sus hijos, aquellas que les generan entusiasmo y bienestar”.
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