María Liva: La depresión silenciosa requiere atención

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En su columna de los viernes en Cosas que Pasan, la licenciada en Psicología, María Liva, abordó una temática sensible pero fundamental para la salud individual y colectiva y lo hizo en un espacio que busca promover la reflexión y el cuidado de la salud mental.

La depresión silenciosa: cuando el malestar no se ve, pero se siente
María comenzó explicando qué es la depresión silenciosa, una forma de malestar emocional que muchas veces pasa desapercibida por no tener los síntomas clásicos de una depresión clínica. A diferencia de esta última —que suele incluir tristeza profunda, falta de energía y dificultades para cumplir con actividades diarias—, la depresión silenciosa se disimula en la rutina, pero se manifiesta en dolores físicos persistentes, aislamiento social, problemas digestivos o articulares, y pérdida de motivación.

“Es una depresión enmascarada, que no interrumpe por completo la vida cotidiana, pero que va afectando lentamente la salud mental y física”, explicó. Y advirtió que, si no se detecta a tiempo, puede evolucionar hacia cuadros más graves, incluyendo ideación suicida o trastornos de ansiedad.

La especialista recomendó estar atentos a las señales del cuerpo y de la mente, no minimizar los cambios de humor o el desgano, y consultar con profesionales. También destacó el rol clave de los espacios de disfrute personal y de las redes de apoyo familiar y social.
“La consulta psicológica puede ser ese aire que necesitamos frente a la presión interna. Y es fundamental ser pacientes con nosotros mismos en el proceso de recuperación”, señaló.

“La violencia de género no es una moda”

En la segunda parte de la columna, María se refirió a los recientes dichos de una profesional que relativizó el fenómeno de la violencia de género. “La violencia de género no es una cuestión de moda. Es un problema profundo, histórico y transversal que necesita atención y recursos”, subrayó.

Recordó su propia experiencia profesional en trabajo con varones agresores y con víctimas, incluso antes de que existiera legislación específica como la Ley 26.485. “Que una víctima regrese con su agresor no significa que mintió. Hay vergüenza, miedo, dependencia. Por eso es tan importante sostener dispositivos de acompañamiento y contención”, expresó.

Respecto a las denuncias falsas, si bien reconoció que pueden existir casos aislados, aclaró que no son la regla y que no deben utilizarse como argumento para deslegitimar una problemática real y grave.
“Hablar de moda es quitarle valor a algo que afecta a miles de mujeres y familias”, agregó.

Finalmente llamó a no desalentar a las víctimas y a seguir fortaleciendo redes de apoyo desde todos los ámbitos: la salud, la justicia, la educación y la comunidad.

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