En una época donde sigue teniendo vigencia callar, o tener cuidado con lo que decimos acentuado por un largo periodo de tapabocas, la voz oculta, quiero contar, soltar el silencio.
El 31 de agosto a las 22:19 en calle Hipólito Irigoyen intersección calle 25 de Mayo colisionaron un MOTODELIVERY conducido por Agustín Castellano y un MÓVIL POLICIAL nro. 27861 conducido por la Sargento Valeria Eloina García.
El motociclista conducía en sentido ascendente por calle Hipólito Irigoyen teniendo prioridad de paso por encontrarse el semáforo con “luz verde” a lo cual se interpone sorpresivamente el móvil policial conducido por la Sargento García quien circulaba por calle 25 de Mayo cruzando con “luz roja”, sin ningún tipo de sirena y/o luces led de balizas encendidas que pudieran darle prioridad de paso ante una emergencia y así de manera violenta dando lugar al siniestro del cual fue responsable. Responsabilidad que al momento de actuar con un poco de humanidad ni siquiera se presentó los días que Agustín estuvo hospitalizado.
A consecuencia del accidente debió ser trasladado de urgencia al Hospital Pirovano donde se diagnostica “politraumatismo y fractura expuesta de fémur derecho”, agradecido por el trato y el servicio brindado por el personal de salud, aunque no así tener en cuenta el daño físico y psicológico causado en un joven de 25 años con un hijo pequeño y un hogar para sostener, que llevaba una vida de trabajo y deporte, jugador de futbol.
Ante ésta situación ningún miembro del Destacamento Policial fue capaz o tuvo el acto “humano” de acercarse a los integrantes de la familia para brindar apoyo. Como también destacar que al día siguiente el móvil policial como al igual que la Sargento circulaba como si nada hubiera pasado. ¿En serio? ¿Es así como se manejan estos casos? Un uniforme…¿desplaza el acto solidario? La impunidad ¿es parte de los poderes atribuidos? Quien sea jefe o jefa ¿no considera que personal así resta en vez de sumar? Cuando se registró el accidente en los medios de comunicación nada se dijo de quien ni como, por eso me tomo el tiempo para desarrollar esta nota. Testigos que presenciaron segundos después del impacto aseguran que quien lo auxilio fue un vecino que pasaba por ahí. Días después recibimos un llamado de Bs.As. desde la aseguradora y nos comentaron que en la descripción que otorgó La Policía no declara que haya un semáforo en esa esquina ¿Cómo se le llama a esto? …lo dejo al criterio del o la lectora.
Y claro me pregunto si el poder realmente es de la policía y hacen lo que quieren, o somos las personas que callamos quienes se lo damos. “Si le das más poder al poder…”. Anulan nuestros derechos.
Ocurrido tal accidente los comentarios de algunos miembros de la comunidad fueron…” seguro la culpa es del delivery”; “andan como locos”; “no respetan nada”.
Cabe por mi lado ya analizando diversas charlas y decir popular, tuve el agrado de hablar con muchos chicos/as y personas adultas que desempeñan la labor de motomandado han sabido comentar que en el tráfico de nuestra ciudad no se le respetan, les encierran con camionetas u autos, le impiden la prioridad de paso siendo “vehículo menor”, entonces la reflexión para quienes conducimos por las calles de Tres Arroyos no creen que sería valorar y respetar a estas personas que son las encargadas de llevar los pedidos a nuestras casas, de atender a nuestras abuelas o abuelos que no se pueden mover de sus hogares, sin ir tan lejos se ocuparon de mantener la distribución local en el período PANDEMIA, llevar nuestros trámites a destino, y claro que queremos las cosas “YA”, dándoles tal responsabilidad y riesgo en la circulación a veces descuidada en nuestras calles.
Entonces llamo a una reflexión colectiva.
Cuidémonos, pensemos en las consecuencias, valoremos la otredad porque así construimos una sociedad mas igualitaria. ESTO LO HACEMOS ENTRE TODAS LAS PERSONAS, de todo ámbito laboral y social.
Y a los y las miembros de la Policía, cuídennos de verdad y que el juramento no sea solo parte de la ceremonia de graduación…. JURAMENTO POLICIAL: Juro en mi condición de policía servir a la sociedad, salvaguardando vidas y bienes, proteger al inocente contra el engaño, al débil contra la opresión o intimidación, al pacífico contra la violencia y el desorden; y respetar los derechos constitucionales de todas las personas a la libertad, la igualdad, la justicia. Para ello, conservare mi vida privada como ejemplo para todos, mantendré una calma valerosa ante el peligro, la burla o el ridículo, cultivare el dominio de mí mismo y tendré siempre presente el bienestar de los demás. Seré honesto en pensamientos y acciones en mi vida personal y la oficial, y será ejemplar en cumplir las leyes generales y los reglamentos policiales. Cuanto vea y oiga de índole confidencial, o que se me confíe en mi carácter de policía, lo guardare en secreto, a menos que sea necesario revelarlo en cumplimiento de mi deber. Nunca actuare oficiosamente ni permitiré que mis sentimientos personales, perjuicios, animosidades o amistades influyan en mis decisiones. No seré condescendiente con el delito ni con los delincuentes, hare cumplir la ley con cortesía y adecuadamente, sin temores ni favoritismo, malicia ni mala voluntad, nunca empleando la fuerza y la violencia innecesariamente y tampoco aceptando dadivas. Reconozco la credencial que me acreditan como símbolo de la confianza pública y la acepto con plena responsabilidad, manteniéndome fiel a los principios de la ética policial. Me esforzare sin descanso por alcanzar estos objetivos e ideales, dedicándome ante dios a la profesión que libremente he elegido; constituirme en defensor de la ley, el orden y la justicia
Firma: Orlando Castellanos