Horacio, Gustavo y Ariel Fernández, resumen la segunda y la tercera generación de Trafer
Con una gran fiesta por el 70º aniversario, la tercera y cuarta generación de Trafer les rindieron un homenaje en vida a la segunda, la que logró dar el gran salto y generar una prometedora mirada hacia el futuro, desde una planta modelo instalada en el Parque Industrial de Tres Arroyos, desde 2014.
Durante la celebración de un especial aniversario, Horacio Fernández expresó que la historia de la empresa se apoya en el “esfuerzo, la confianza y la calidad del producto”.
Al evento organizado en el predio de la Sociedad Rural de Tres Arroyos asistió una gran cantidad de invitados, entre ellos, trabajadores de la empresa, clientes, amigos y también políticos como el intendente Carlos Sánchez y el diputado (FdT) Carlos ‘Cuto’ Moreno.
Nacida en 1952, la firma que resume los apellidos Travaini y Fernández, se inició con el anhelo de “construir algo y no sabían qué”. De allí nació un tallercito en avenida Moreno 860, para luego trasladarse en 1991 a los galpones de la ex Eima, otro nombre propio de la ciudad, y a donde llegaron con grandes equipos técnicos.
“Tenían un gen diferente. Mi viejo eran un gran lector -siendo metalúrgico- jugaba al ajedrez, son características poco comunes para gente que tenía sexto grado”, repasó Horacio.
Resaltó además que la confianza y la visión permitió que desarrollen el primer sinfín cardánico del país. “Fue el trampolín del cual se proyectaron”, dijo.
A su turno, Ariel Fernández, el encargado de impulsar a la empresa hacia nuevos horizontes, contó que llegó a Trafer y se encontró “con la vara muy alta, en una empresa modelo instalada en el parque industrial y llena de tecnología de punta. La verdad que los desafíos son muy grandes”, sostuvo.
El hijo de Horacio se ha encargado de tomar el conocimiento de las personas con mayor experiencia dentro de la rica historia de Trafer, para trabajar en las normas de gestión de la empresa, bajo normas de calidad ISO.
El objeto fue descentralizar los conocimientos de los talentos históricos para generar procedimientos de trabajo, que puedan ser utilizados para tomar decisiones, por parte de las personas que se desempeñan en las diferentes áreas.
Es entonces que Ariel, pensando en el futuro de la firma que fundaron su abuelo ‘Pancho’ y Pierino Travaini, es esperanza –y aspira- con que el mundo conozca las plantas de silos de Trafer; pero también con que pueda ser reconocido su liderazgo argentino en el exterior.
De aquel tallercito en avenida Moreno, que despertaba con sus ruidos a los vecinos –desde las seis de la mañana- Trafer pasó ahora a tener en su planta modelo del parque industrial un equipo con personas que se encargan del control de stock, costos, producción, planificación, diseño, ventas, marketing, recursos humanos, y de áreas específicas para cumplir objetivos estratégicos como los de innovación tecnológica y estandarización, por ejemplo