En el día de su cumpleaños, el bombero Mario Souto que está a tres años de retirarse del servicio público, tuvo la oportunidad de cumplir con su labor.
El viento, la fatiga, la falta de aire y la sed, hicieron su trabajo para exigir al máximo a los bomberos de Claromecó y localidades vecinas.
Pero, como siempre, la comunidad los respaldó y contribuyó para reponerles la fuerza e hidratarlos.
Desde la comisión de bomberos rápidamente organizaron una cadena de ayuda para asistir a los servidores públicos que nuevamente tuvieron que hacerle frente al fuego.