El concejal de Juntos, Eduardo Giordano, vivió recientemente una experiencia preocupante al convertirse en el objetivo de un intento de estafa telefónica. Afortunadamente, Giordano logró identificar el engaño a tiempo y evitar el fraude. Su relato sirve como advertencia para que otros no caigan en este tipo de trampas.
El incidente comenzó cuando Giordano mostró interés en una supuesta promoción de un servicio de cable de Flow para jubilados, a través de una publicidad en Facebook. Poco después, recibió una llamada de una persona con acento colombiano, quien afirmó ser un representante de la empresa. La conversación transcurrió de manera profesional, con la solicitud de datos personales para completar el trámite. Sin embargo cuando le pidieron información sensible como claves bancarias, Giordano se negó a proporcionarlas y comenzó a sospechar del interlocutor.
Posteriormente, el estafador lo transfirió a un supuesto supervisor, quien también usaba el apellido Martínez, aumentando las sospechas de Giordano. Al solicitar una identificación adicional, la llamada fue abruptamente interrumpida, y el estafador admitió su objetivo frustrado, mencionando que “se había salvado” por no compartir su clave.
En un giro inesperado, Giordano entabló una conversación con el estafador, quien le reveló ser un detenido en el penal de Caseros. Durante el intercambio, el delincuente confesó que realizaba estas estafas para solventar sus gastos en prisión.
Eduardo Giordano, quien además es pediatra jubilado, decidió compartir esta experiencia en medios locales para alertar a la comunidad sobre este tipo de delitos. “Mi intención es que no caigan otros ingenuos como yo. Estos delincuentes son muy profesionales y tienen una gran preparación”, comentó. Además, mencionó su intención de denunciar el hecho en la justicia para que se investiguen los números telefónicos involucrados y se tome conciencia sobre la existencia de teléfonos en las cárceles.