Un cachorro de ovejero alemán de cinco meses de vida fue mordido en el hocico por una yarará en la tarde del miércoles reciente en una zona próxima a las playas claromequenses, y fue necesario traer un suero antiofídico desde la localidad de Tornquist para salvarle la vida.
Alrededor de las 14 “Tinto” se encontraba curioseando detrás de la primera línea de médanos a la altura del Salto de Christian –junto a su dueño- cuando de repente fue alcanzado por la mordedura de una serpiente que rápidamente el propietario del can identificó como una yarará.
Inmediatamente lo cargaron a un vehículo familiar y lo llevaron para que un veterinario amigo lo trate mientras consultaron en el hospital Pirovano si tenían el suero antiofídico para aplicarle a un perro que había sido picado.
Como esa respuesta fue negativa, el veterinario se contactó con el centro público de salud de Tornquist, desde donde le confirmaron la disponibilidad del tratamiento para el can.
Fue entonces que a las 16:30 viajaron hacia la localidad ubicada en el sudoeste bonaerense y distante a unos 240 kilómetros de Tres Arroyos. Regresaron aproximadamente a las 21 para aplicarle el medicamento a “Tinto” que llevaba varias horas con un suero de emergencia para contener su estado.
De hecho cuando habían pasado los primeros 40 minutos después de haber sufrido la picadura, el can comenzó a tambalearse, vomitaba sangre y también el fluido salía desde su nariz. Esto mismo inquietó a su dueño que se sorprendió por el poder del veneno de la víbora.
El hombre, que pidió quedar en el anonimato, contó que en Tornquist se extrañaron que un distrito como el de Tres Arroyos no disponga de suero antiofídico, sobre todo cuando “hay un montón” de serpientes en espacios públicos específicamente para los turistas.
De hecho observó que es necesario contar con medidas preventivas de parte del Estado a nivel local, como desde la “delegación” de Claromecó y del mismo “municipio” de Tres Arroyos.
“Hay que alertar a los turistas” sobre la presencia de serpientes en espacios detrás de la línea de médanos. “Se mimetizan muy bien, andan entre el pasto corto y los espacios sucios y limpios”, apuntó el hombre que asegura estar acostumbrado a verlas por tener que convivir en esos espacios sobre todo entre los meses de octubre y abril.
Ahora si bien “Tinto” se encuentra atravesando una aparente mejoría después que se le suministrara el suero antiofídico traído desde Tornquist, se le advirtió a su dueño que habrá que esperar la evolución de la mascota especialmente entre los primeros 10 y 15 días, para ver el efecto que finalmente tiene el medicamento sobre las toxinas que liberó el veneno de la mordedura de la serpiente en el organismo del perro.